miércoles, 10 de noviembre de 2010



De tiempo en tiempo tengo esas noches desgraciadas, esas que piden a gritos ser quebradas por algún llanto lerdo y acongojado, de esos que siempre tengo guardados. 
En esas noches el buen observador, podrá ver a la sombra de mi ser, aullándole a su amor eterno. Ella es tan blanca y pura, por eso vuela en las alturas, guiando y protegiendo. Su estadía en el cielo pende de un delgado hilo, su estadía junto a mi alma ya esta asegurada, porque aunque ella caiga y se rompa en mil pedazos, ahí estará mi sombra reconstruyéndola pedazo por pedazo. 
Ella protege mi mundo, mi mundo es protegido por una Mujer, eso no rebaja mi virilidad, ella sabe cuidar de mis mares para que no me ahoguen, y puede con su figura sostener el cielo entero, para que no me aplaste...