Somos los hijos del Sol,
señores de la guerra,
nuestra misión es dar amor
y lo hacemos a través de las armas
de ser necesario.
Nuestras vidas le pertenecen al cosmos.
Sobre el final de cada siglo nacen nuevos mesías solares
predestinados a gobernar entre los hombres.
Seres luminosos caminan entre los hombres,
estos no pueden verlos,
mas los grandes espíritus
se revelan por si mismos,
nadie los descubre.
El tiempo no existe para nosotros,
es solo una fantasía creada por los hombres
para darle sentido a sus vidas.
Los espíritus fantásticos no perecemos,
solo cambiamos de cuerpos siglo tras siglo.
El objetivo final es proteger el orden natural
de la vida en el cosmos.
En nosotros el Eterno Retorno
es una constante inmodificable.
Lenta, pero terriblemente, pisamos el fin de una Era.
Se aproxima un nuevo amanecer solar,
los indignos y cobardes que han mentido y gobernado la tierra durante tanto tiempo,
hoy se esconden y nos ensucian con sus mentiras.
No ejercemos la Justicia a la manera que todos conocen,
nosotros hacemos cumplir
el orden natural de las cosas.
Hemos venido a reclamar nuestro Reino,
el trono nos pertenece,
hoy lo reclamamos con energía:
"hazte a un lado cobarde no profanes el Panteón de la Historia, que para Caudillo no has nacido ni haz sido elegido"
No seremos silenciados,
no renunciaremos a nuestro Destino
y a nuestro trono.
A paso firme marchamos hacia la conquista final,
el campo de batalla ya esta listo,
la Tierra sera espectadora de su salvación definitiva o de su ruina.
Un monstruo gigante sucumbirá y caerá rendido
a nuestros pies,
¡NUESTRA VOLUNTAD SUPREMA ASÍ LO QUIERE!
UNA NUEVA ERA COMENZARA PRONTO,
EL NUEVO AMANECER SOLAR ASÍ LO INDICARA.
LA SANGRE DE LOS INDIGNOS CORRERÁ A CAUDALES,
¡POBRE DE AQUEL QUE SE ENTROMETA
EN NUESTRO CAMINO!
